Cuando planeamos crear nuestra propia página web nos asaltan las dudas sobre lo que necesitamos contratar. Aparecen una retahíla de palabras técnicas como hosting, dominio, base de datos o código fuente que asustan un poco. Ya verás que es bastante más fácil de lo que parece.

En este artículo explicaremos de forma sencilla y muy resumida que significa cada una y para que sirven. Además veremos que hay que tener en cuenta antes de contratarlas y si tendremos que pagar una cuota por ellas.

El código fuente

Empezaremos por el elemento más importante, el código fuente. Una página web no es más que una serie de ficheros que contienen «el programa» de la misma. Instrucciones que definen como es y como responde a las interacciones del usuario.

El código fuente son los ficheros que componen la web.

Cuando queremos tener nuestra propia página web el primer paso es encontrar una empresa o agencia especializada en programación que pueda desarrollarla (el código fuente) e introducir los contenidos. Este servicio se paga solo una vez, igual que comprar una chaqueta hecha a medida.

La base de datos

Este elemento es en realidad un complemento del código de fuente, que es usado para guardar la información que introducen los usuarios y administradores del sitio web (contenidos, comentarios, etc.).

La base de datos es donde se guardan los datos introducidos por los usuarios

Si la base de datos no existiera la página web sería estática, es decir, tendría sus funciones pero el contenido sería siempre el mismo.

El alojamiento web (hosting)

Hasta ahora hemos estado hablando de los dos elementos generales que componen la web, pero una vez los tenemos hay que depositarlos en algún sitio. Este lugar es el hosting.

El hosting es el alojamiento físico (digital) que alquilamos para depositar nuestro código fuente. Normalmente el hosting es un espacio servidor situado en un datacenter, es decir, grandes salas con muchos ordenadores muy potentes.

El hosting es el servidor donde alojamos nuestro código fuente.

Estos alojamientos suelen ser alquileres que se pagan de forma anual, ya que es muy raro que alguien quiera alojar una web solo unos meses. El precio no es elevado.

Antes de contratar un hosting hay que tener en cuenta muchos factores. En la mayoría de los casos son poco importantes y no repercuten en el precio. Es interesante buscar un importe bajo y buenos servicios adicionales de mantenimiento y seguridad (copias).

Si su página web va a reportar un ingreso directo, como una tienda online, si que es necesario tener en cuenta algunas cosas: El número de usuarios simultáneos, el ancho de banda reservado para tu sitio, etc. pueden ser decisivos. Nuestra recomendación es informarse con un experto un poco más a fondo antes de dar el paso.

El dominio

Ya tenemos nuestra web alojada en un servidor, pero ¿cómo encontramos el servidor?. Para solucionar esto tenemos el dominio.

El dominio es la palabra que usamos como «etiqueta» para encontrar el hosting. Es el nombre que asociamos a una dirección IP y que facilitará a los usuarios encontrar y recordar nuestra web. Otro beneficio es que es estático, es decir, no cambiará aunque la página cambie de hosting y, por lo tanto, los usuarios podrán seguir visitando la web aunque se traslade a otro hosting.

Por ejemplo: codextabula.com es el dominio de esta web, que es mucho más sencillo de recordar que 149.202.105.228, que es la IP actual (puede que haya cambiado) del servidor donde está alojada nuestra web.

El dominio es el nombre (dirección) asociado a nuestro hosting

El dominio se alquila de forma anual a un proveedor de dominios por una cifra que oscila entre los 50 € y los 10 €, por lo que vale la pena contratar varias versiones de su dominio usando las principales extensiones (.com, .net, .es, etc.).

Por nuestra parte

Si tiene más dudas sobre desarrollo web o alojamiento, o deseas contratar alguno es estos servicios no dudes en ponerte en contacto con nosotros desde nuestra sección de Contacto y te ayudaremos.